A veces es tan interesante el camino, como la meta. El proceso creativo llevado a cabo en este rebranding es un claro ejemplo de ello.
El amplio análisis de la marca, el objetivo, la estrategia de marketing a seguir y la actualización de una identidad visual -con una arquitectura totalmente obsoleta-, además de todo su ecosistema de submarcas, se sintetiza en aproximadamente 12 minutos por Pablo Coppel -director creativo- en el siguiente video.
La simplificación al máximo de «logo» y gama cromática, para que conviva con el escudo, cuyas líneas también se modernizan y estilizan. Un lenguaje conceptual muy moderno, minimal y ultralimpio, aplicable a soportes de tamaño reducido como favicon o iconos de apps.
El objetivo era formar una imagen homogénea, compacta, moderna y que aglutinase todo el universo que compone la federación.
Y lo han conseguido. Es más han llegado a una aplicación de los conceptos de Adolf Loos en «Ornamento y delito» en un rebranding. En el video se explica a la perfección el cambio y la conceptualización de la nueva identidad.
Quizás el problema ha sido el cambio, demasiado radical. Quizás debería haber existido una transición. Por esto, entiendo que es lógica la polémica creada. Se ha cambiado el entorno, dónde su público se sentía identificado, de una forma demasiado brusca.
Asumir los cambios, salir de la zona en la que nos sentimos cómodos supone un proceso de entendimiento y, sobretodo, de tiempo de aceptación. Un camino de conexión con un entorno que ha cambiado. Un camino para sentir la nueva identidad como propia.
Una polémica que tiene que tratar sobre el proceso adaptación a los cambios y no tanto sobre el buen hacer de este equipo creativo.
Es importante entender que el diseño se basa en procesos y criterios objetivos de composición, lenguaje, estrategia, tipografía, arquitectura, aplicabilidad, etc.
-No es cuestión de gustos.-
Ale Melón.